miércoles, 29 de agosto de 2012

La gestión de lo intangible: dolor, memoria y derechos humanos. La Escotilla Ocho en el Estadio Nacional de Chile


                   Mucho se habla de los derechos humanos pero poco de los deberes humanos. Primer deber, respetar los Derechos Humanos. Nicanor Parra.
Fredy Gómez

A pesar de que en Guatemala ya han pasado 15 años de la firma de los Acuerdos de Paz, aún no contamos con una etrategía que proponga desde el Estado la conservación de la memoria histórica vinculada a los derechos humanos. Entre los encomiables esfuerzos se encuentran los informes de la memoria histórica, los esfuerzos de grupos sociales, que de forma activa promueven la identificación de los desaparecidos, y, de la realización de actividades de sensibilización.

Y ante esa orfandad personal, me resulta grato ver que en Chile, aún con posiciones en contra, existen varias iniciativas para mantener la memoria sobre las violaciones a los Derechos Humanos, entre las cuales resalta el Museo de La Memoria de los Derechos Humanos y, de especial interés, la gestión del Museo Estadio Nacional Memoria Nacional (MENMN). 

 
El MENMN está en el Estado Nacional ya que allí fueron detenidos, según recuerdo, un total de 26,000 personas en 3 meses, empezando en septiembre de 1973. La gestión de dicho museo, incluyendo la coordinación  de las visitas está a cargo de un grupo de familiares de personas desaparecidas y detenidas en el período de dictadura militar. 

La Escotilla Ocho es una muestra de lo ocurrido en el Estadio. Este pasaje de entrada al estadio fue  utilizado como cárcel, al igual que muchos otros pasajes. A los años se puede sentir la oscuridad de la desesperanza, la ansiedad se refleja en esos escritos en las paredes.

Por ratos, a las "personas detenidas", les era permitido salir al graderío, se ha logrado mantener las gradas originales, lo cual contrasta con la modernidad del estadio. 

En algunas ocasiones, según los guías, se tapa esta parte cuando existen encuentros internacionales de futbol.  
 
Siguiendo el recorriendo se llega al velódromo, lugar donde las personas esperaban a ser interrogada y eran visibles para el mundo, en esta localidad fueron realizadas fotografías  que evidenciaban la enorme cantidad de personas en el estadio, allí fue también donde vecinos cooperaban para dar alimentos y enviar mensajes a familiares.

 
Para el grupo, lo que ha resultado conmover ha sido la preservación de la sala de interrogatorio y de tortura. Cuando las narraciones han sido realizadas, las personas han escuchado incrédulas. Algunas no lo han soportado y han salido llorando. Yo pienso que esos llantos han viajado en el tiempo, siguen y seguirán mientras se preserve lo concreto, lo real, cuando con ello se ejemplifique como la confianza otorgada al Estado puede conducir  a resultados indeseables.

Y bien, ahora pienso que gestionar la memoria de los actos pasados, de estas  intangibilidades, pasa por cosas concretas, por recordar y presenciar el donde fueron realizadas cuales violaciones de los derechos humanos, para tener en la memoria a quienes lo sufrieron y en muchos casos murieron por ello. 

Gracias chicos y chicas de bicipaseos, me uno a las múltiples muestras de felicitaciones por organizar esta actividad, en el marco de conocer Nuñoa, y a las más de 500 personas que vivimos ese día sobre ruedas.

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