Con un Estado que
posee una perspectiva incipiente en desarrollo urbano sostenible, es poco factible
vislumbrar una perspectiva de desarrollo rural, siendo más complicado aún
pensar en un Desarrollo Rural Sostenible. El reto en este contexto no es menor.
Sin embargo, las
condiciones de un Estado, en general, elefantiásico, lento y desarticulado, tal
vez la peor condición sea su desarticulación y desconexión entre sus mismos
estamentos, es así que cuando sus programas e iniciativas (sectoriales, en el
ámbito rural) se implementan, éstos se traducen en resultados muy alejados de
las metas e impacto esperados.
Una forma de asumir
ese reto pasaría por conectar los programas e iniciativas estatales, con
enfoque rural, con las necesidades de la población que finalmente se traduce en
tender un puente entre lo abstracto y complejo que resulta la administración del
Estado, respecto de sus iniciativas, con el desconocimiento de las autoridades
locales y la ciudadanía. Previo a ello, la estrategia pasaría por diseñar
“articuladamente” los programas, y no pretender articularlos luego de que ya
han sido implementados.
El nivel de
desarticulación del Estado sumado a la desinformación de la población que,
debiera ser un ente activo y promotor de su propio desarrollo, podrían ser las
causas de porqué se aprecian niveles de atraso y rezago en la búsqueda del tan
anhelado desarrollo rural, por las implicancias que ello determina en términos
de Pobreza. Esta situación, es pues una causa de la permanencia de niveles de
pobreza, es decir, de la inoperatividad, ineficacia y la desarticulación del
Estado, ya que todas las buenas iniciativas se diluyen cuando se implementan, y
efectivamente son solo muy pocas las iniciativas que se traducen realmente en
un impacto real en las poblaciones que así lo requieren.
Entonces,
necesitamos que los policy makers se adapten a los retos que plantea un
escenario como este que, implica un diseño de políticas estratégico con
características de integralidad, que sea capaz de agrupar ex ante las
iniciativas de más de un sector gubernamental y que su implementación tenga la
misma relevancia que el diseño mismo.