Reforma tributaria, ir por lana y salir trasquilados

McS Edgar R. Rodriguez Y.  Economista. Magister en Gestión y Políticas Públicas 2011.

Dado el contexto en el cual se desenvuelve la eventual reforma tributaria en Chile, cabe recordar el dicho “ir por lana y salir trasquilados”. Entonces, especial importancia merece conocer los efectos que una eventual reforma tributaria causaría en el bienestar social, pues, se debiera analizar la variación del bienestar social asociado al uso de los fondos públicos recaudados y su respectiva financiación, es decir, analizar si existe un margen que permita modificar las tasas de impuestos sin perjudicar a la sociedad en su conjunto. Una opción para ello es a partir del concepto del Costo Marginal de los Fondos Públicos (CMFP), que mide el cambio en el bienestar de la sociedad ante variaciones en la recaudación tributaria.

Por lo tanto, la estimación del CMFP para Chile, analizando los factores que determinan dicha estimación y su respectivo comportamiento, permitirían obtener una aproximación del nivel óptimo de impuestos requeridos para financiar incrementos en la inversión pública, como en la educación. La evidencia empírica muestra que el interés en el CMFP sólo se concentra en los países considerados desarrollados. Es entonces apreciable, tener una idea de la estimación del CMFP para Chile, y en los demás países en donde no se consideran los efectos adversos que puede traer el uso desmedido de variaciones en las tasas impositivas, y como dice el dicho, “… salir trasquilados” después de tales reformas tributarias.

En un futuro, comentaré sobre los resulados preliminares de estimaciones del CMFP. 

La economía política en los modelos de desarrollo de Bolivia

Patricia C. Quintana Jaldin

Magíster en Gestión y Políticas Públicas  

Economista y Socióloga

En el caso de Bolivia, se puede vislumbrar que han sido tres los modelos de desarrollo más importantes desde los años 50’s del siglo pasado que surgen en contextos de economía política. 

Estos son el Modelo Nacional Estatista (1952-1985), donde el actor principal de la economía fue el Estado y a partir de éste se genera la conciencia de la nación; el Modelo Privatista Neoliberal (1985-2005) con la implementación de políticas públicas que llevan a la reducción del papel productivo del Estado y el Modelo Productivo Nacional (2006 hasta el presente) que pretende una articulación de los diferentes actores participantes de la “economía plural” boliviana, es decir, las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa¹.

Dada la concepción pluricultural y multiétnica de Bolivia, se puede decir a grandes rasgos que con el Modelo Nacional Estatista, se llega a formar una conciencia de la formación del Estado-Nación, no obstante, existían componentes de segregación de clases basados principalmente en la economía primario – exportadora. En lo que concierne al Modelo Privatista Neoliberal, el Estado deja de ser el principal productor con la finalidad ser más eficiente, sin embargo, el aspecto colonial se profundiza más, lo que en términos técnicos se llamaría una amplia banda de distribución del ingreso con diferencias notables entre los límites superior e inferior.

Ahora con el actual Modelo Nacional Productivo, si bien se intenta corregir la falla colonial de discriminación étnica, este avance no acompaña al desarrollo de la economía, porque Bolivia, esencialmente, continúa siendo un país productor recursos naturales, con escaso valor agregado, y en lo que respecta a lo político, en lugar de que las autonomías regionales conduzcan a un mejor desarrollo local, el centralismo todavía permanece vigente, con el surgimiento de rivalidades entre regiones.

De esta manera, se han puesto en práctica modelos que puedan hacer posible un mejor desarrollo económico en Bolivia, pero aún falta la consolidación de la institucionalidad, que haga factible este desarrollo así como la evaluación de la misma que deberá estar enmarcado dentro de los parámetros de eficiencia, eficacia y economía.

¹ García Linera, A. (2008). El Nuevo Modelo Económico Nacional Productivo. En Revista de Análisis, Reflexiones sobre la coyuntura No. 2. La Paz: Vicepresidencia de la República de Bolivia.

Políticas públicas definidas a la carta

Fredy Gómez, Msc (c), Maf, MGPP 2012, Linkedin

El término a la carta significa a elección del usuario, contrario a la imposición que no deja margen de maniobra en la elección. Y bien, siendo las políticas públicas construcciones sociales, una persona puede seleccionar una definición de políticas públicas que le sea útil para algún fin.

Dicha elección podría estar relacionada a dos aspectos. Por una parte está el asunto de responder ¿para quién?, y la respuesta podría buscarse analizando el  grado de responsabilidad o de legitimidad de un una persona, tal como podría ser un ministro, un funcionario o un empleado público. Por otra parte, la segunda dependencia tiene que ver con el ¿para qué?, lo que dependería del tipo de gestión que se busca realizar.  Al mezclar estas dependencias, se pueden clasificar 9 definiciones diferentes de política pública, esquematizadas en dos ejes que identifican por una parte para quién (grado de responsabilidad), y, por la otra el para qué (tipo de gestión). En el centro de este espectro se encuentra una definición  de las políticas como instrumentos de gestión de una organización que se dedica a asuntos públicos. En esta definición, la número “⑤”,  la responsabilidad es media, entre lo política y lo operativo, y tiene un objetivo obvio de gestión programática, al constituirse en uno de los cuatro elementos de la clásica cuádrupla (políticas, planes-presupuestos, programas y proyectos -4Ps).  

 

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Sin duda esta clasificación no es exhaustiva, como la mayoría de clasificaciones, ya que por ejemplo no incorpora la visión del beneficiario o de los distintos stakeholders, pues bien, hay que dejar algo para seguir mejorando.Si desea una copia de la presentación puede descargarla de mi página.

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