viernes, 24 de agosto de 2012

¿El problema son los fiscalizados o los fiscalizadores?

¿El problema son los fiscalizados o los fiscalizadores?
Autor: Roberto Castillo
Fecha: 24 de agosto de 2012

Hace unos minutos acabo de tomar la micro 121 en el paradero de Brasil con la Alameda y sucedió una cosa demasiado particular como para dejarlo pasar.

Mientras estaba en el paradero esperando la micro se pararon dos personas cerca de mi, típicas personas de clase obrera que están haciendo viajes para llegar a su casa o ir a sus trabajos. Lo curioso es que estando ellos parados justo a la par mía, sacan de sus mochilas dos chalecos conocidos por todos aquellos que utilizamos el transporte público en Santiago. Eran chalecos color amarillo fosforesente con la palabra fiscalización bordada en la espalda. Lo peculiar fue que nunca se colocaron el chaleco, solo lo amarraron a sus mochilas de tal forma que fuera aún más fácil divisar que eran.

En ese momento vi alrededor y note dos chiquillos de corte universitario también esperando la micro y pensé a mi mismo, "Espero que estos chiquillos vayan a pagar su viaje para que no pasen la vergüenza de que les pidan bajarse del bus".

La micro demoró unos cinco minutos más y cuando al fin llego, sola y no en cola como les gusta hacer a los choferes de esta ruta, se sube otra persona trabajadora a la micro y paga su pasaje. Luego subo yo, que también pague mi pasaje. Detrás mío sube la pareja de universitarios, pero como realmente estaba más preocupado de conseguir un buen lugar donde ir parado, no me fije si cancelaron. Gracias a que la micro iba vacía, conseguí un espacio rápido y una señora de tercera edad, muy amablemente quiso cederme su puesto en el espacio preferencial para discapacitados, ya que vio que yo estaba utilizando mis bastones para desplazarme. Agradecí el gesto y le comenté que no era necesario dado que bajaba en un par de paradas. Me molestó un poco que una anciana me ofreciera el puesto y que las otras tres personas que iban sentadas en los espacios preferenciales no me ofrecieran, a pesar de ser personas más jóvenes y sin ningún impedimento o embarazo. De hecho uno se notaba que trabajaba como repartidor ya que llevaba afianzada una carretilla con carga mientras descansaba.

A pesar de notar todo esto, alcance a fijarme que se subieron los fiscalizadores al bus. De repente, se cerraron las puertas de la micro y ésta avanzó. Noté inmediatamente que los fiscalizadores no pagaron su pasaje, ¡¿Qué les parece?! Pero se pone mejor, al subir a la micro ellos, ya habiendo hecho uso de su autoridad y chalecos para demostrar su oficio, tomaron los chalecos y los guardaron nuevamente en sus mochilas.

A estas alturas yo ya estaba bastante irónico e indignado con la situación, más no sabía que iban a hacer algo más inaudito. Uno de los fiscalizadores le solicitó el asiento preferencial al trabajador que iba con la carretilla, y dado que era mujer, este lo cedió. Me pareció imprudente que viendo que yo tengo movilidad reducida y que no acepté antes el asiento porque era una anciana quien me lo había ofrecido, la fiscalizadora ni me volviera a ver y solo fuera a sentarse.

En mi mente pasó este pensamiento: "¡WOW! Esto es de lo mejor, la persona que se asegura que todos paguemos nuestro pasaje y que las micros anden como se debe por las calles, no solo uso su autoridad para conseguir un pasaje gratis, sino además, sabiendo que los asientos preferenciales son para discapacitados y que yo estaba parado a la par de ellos en la micro, prefirió sentarse a ayudar a una persona."

Me seguí riendo de lo pintoresco de la escena en mis adentros y en unos minutos llegue a mi parada, entre a mi apartamento y me senté a escribir esta entrada en el blog, no sin antes pensar, ¿Dónde sería mejor divulgarlo?, ¿En FB?, ¿En el grupo del MGPP que tenemos con mis compañeros? Decidí hacer la entrada en el blog y les pido a todos que la compartamos, retweetiemos, republiquemos y demás. Es necesario hacer consciencia de varias cosas con este instánte cómico/triste.

Al mismo tiempo les solicitó que pensemos, ¿Somos los fiscalizados el problema?, o ¿Serán los fiscalizadores? ¿Si estas situaciones se dan a escala de la micro, que pasará a otros niveles? Dejen abajo sus comentarios... ¿Que opinan?

2 comentarios:

  1. Son problemas de uso de los bienes comunes, en este caso del transporte. A pesar de que existen normas socialmente aceptadas en el transporte de Santiago siempre habrá excepciones, la pregunta es si estas forman o deforman el uso final de los bienes. En parte se trata de aprender de forma dinámica que el úso del bien común pasa por respetar los acuerdos mínimos, del cual tu aporte también forma parte para apuntar a normas realmente útiles...

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    1. Efectivamente Fredy, considero que esta problemática presentada de manera anecdótica es algo que sucede el día a día en toda Latinoamérica y me parece que es una mala costumbre que tenemos que erradicar. La diferencia entre ser más disciplinados esta en dos dichos, "predica con el ejemplo" y "haz como te digo no como yo hago". Creo que el segundo es la visión que tenemos en AL... deberíamos de apuntar hacia el primero, si no es por otra cosa, es al menos por ética. Saludos,

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